En plena cuarentena del 2020, comenzó a gestarse la obra de teatro El virus de la violencia. La actriz Romina Pinto y el actor Iván Steinhardt –pareja en la vida real y miembrxs de la Compañía Teatral El Vacío Fértil– comenzaron los ensayos a través de la pantalla de la laptop. De un lado elles en su departamento y del otro, la dramaturga y directora Marina Wainer desde España. En marzo de este año pudieron estrenar esta obra que marca con contundencia un hecho puntual: ocurre un femicidio. ¿Qué pasó antes? Una pareja de recién casados se va de luna de miel, irrumpen la pandemia y sus consecuencias. La violencia machista se instala y actúa. Cuando la obra termina, Romina e Iván permanecen en el escenario y sostienen la larga cartulina negra en la que pegaron los papeles blancos con los nombres de las mujeres, travestis y trans asesinadas. Los escriben a mano antes de cada función, con los datos del Observatorio Lucía Pérez. “Tenemos que hacer algo”, dicen e invitan a la reflexión y a la acción. “Desde que comenzamos con las funciones de la obra los nombres se han ido incrementando en cantidad y eso de alguna manera muestra lo descarnada que puede ser la realidad aún llevada al plano de la ficción, en función de la actualización de esos datos. De hecho con la Compañía vamos anotándolos a mano y para nosotros es como una suerte de ritual de redención, de reivindicación. En la primera función, el 6 de marzo, eran 57 femicidios y 212 al domingo de la última función, es abrumador” asegura Iván. “Lo que hacemos es consultar el listado del Observatorio, vamos escribiendo cada nombre y luego lo incorporamos en lo que sería el panel que va a estar expuesto en la obra”, agrega Romina, y continúa: “Es muy emocionante hacerlo porque nos ponemos delante del padrón y empezamos a escribir nombre por nombre y no hay forma de que no conectemos emocionalmente con la situación de cada persona que ya no está. Lo leemos minutos antes de salir y nos carga de emoción para poder dar todo lo que podemos en el escenario”. Iván: “De esa manera nos alejamos de las estadísticas, para no olvidar que no son un número. Son personas que ya no están”.

Mostrar para curar: arte contra la violencia femicida
La obra teatral El virus de la violencia, que utiliza los datos del padrón del Observatorio Lucía Pérez.

Una vez terminada cada función, Romina e Iván hablan con el público. Hay quienes se acercan para exponer una experiencia conocida, o para contarles sus propias vivencias y pedir ayuda. Iván sostiene que “el arte puede funcionar como un espejo, se puede tener incluso hasta otra capacidad de reflexión. Es una herramienta más. Nuestro pequeño rol es ofrecer esta arista. El arte puede ayudar a realizar una catarsis, especialmente cuando determinado tipo de situaciones dan desde vergüenza social hasta miedo de hablar de eso. A lo mejor esa conexión con el arte permite que se haga una proyección interna más profunda y animarse a dar un siguiente paso, como mínimo, ayuda a que sea más leve”.