La Pirámide de Mayo enclavada frente a la Casa Rosada en la Plaza de Mayo, está rodeada por una reja circular. Hoy, esa reja fue soporte de una larga tela negra que la cubrió casi en su totalidad. Decenas de mujeres y niñes se fueron turnando para intervenir artísticamente las más de 600 fotos en blanco y negro de las mujeres, niñas, travestis y trans asesinadas en femicidios y travesticidios, en una acción organizada por el Observatorio Lucía Pérez y Cooperativa lavaca. Una tela afelpada turquesa colocada sobre las baldosas de la Plaza fue el punto de encuentro para sentarse al sol en una tarde fría y con lápices, marcadores, crayones, telas y papeles, dar color a las fotos.

Corazones, flores y palabras ocuparon con distintas técnicas el papel que portaba el rostro de cada una, de las que ya no están.

Cada intervención era una ceremonia en sí misma: mirar la cara sonriente, saber que no es solo un nombre o un número sino una vida arrebatada.

Los interrogantes, mientras las manos coloreaban. ¿Qué edad tenía? ¿Dónde vivía? ¿Cuánto tiempo antes le habrán tomado esta foto? ¿Cuáles eran sus sueños? Con el correr de las horas, la Plaza fue surcada por organizaciones sociales, partidos políticos, autoconvocadas, personas del exterior de visita en la zona turística de la ciudad preguntaban por esas personas que veían en las fotos.

Las niñeces se acercaban con curiosidad y eran invitades a dibujar y pegar brillitos. Con alegría e inocencia, llevaban el papel a que le pusieran cola vinílica y así poder pegarlo con sus manos sobre la tela negra.

Una mujer que se acercó a colaborar dijo: “Cada vez que paso las manos sobre el papel siento que estoy acariciandolas”.

Una chica se acerca y no puede contener las lágrimas al reconocer el rostro de su amiga rodeado de flores pintadas con marcador rosa.

El ritual se repite una y otra vez, mientras los Familiares Sobrevivientes de Femicidios toman el micrófono y cuentan sobre sus hijas y el estado de las causas en la justicia, minutos después de haber sido recibidos por el presidente Alberto Fernández en la Casa Rosada. El pedido de audiencia con el Presidente es el fruto de 20 cartas pidiendo ser escuchados, cartas entregadas a  lo largo de más de tres años.

La acción artística, que comenzó al mediodía, finalizó pasadas las seis de la tarde. Marta Montero, mamá de Lucía Pérez, la  joven asesinada el 8 de octubre de 2016 en Mar del Plata a los 16 años y por quien se convocó al primer paro de mujeres, se acerca a sacarle una foto con el celular al rostro de su hija intervenido con flores rosas y amarillas y con los labios sonrientes resaltados en rosa.

Cada rostro construye memoria.

Cada sonrisa, demanda una exigencia.

Justicia.

Ni una más.

El memorial continua acompañando las luchas de las familias por justicia por los femicidios de sus hijas

4 de julio de 2023 en los Tribunales de San Isidro, acompañando el reclamo de justicia por Luna Ortiz.
Luna tenía 19 años cuando fue contactada por Isaías Villarreal el 2 de junio de 2017 mediante Facebook. Se encontraron y él la llevó a su casa, donde la esperaban otros dos hombres: ahí la drogaron, la alcoholizaron y la trasladaron en un raid en el que la intercambiaban como mercancía. Un día después, el 3 de junio de 2017, encontraron el cuerpo de Luna sin vida en la casa del propio Villarreal. 

El 23 de marzo de 2023 en los Tribunales de Mar del Plata acompañó durante la sentencia del segundo juicio por el caso de Lucía Pérez, el que confirmó que la menor (16 años) fue víctima de un femicidio en octubre de 2016.